"El gordo Hogar de Estudiantes este año tuvo el agrado de recibir a los ocho obsenos chicos que a decir verdad, eran muy distraídos. Podemos comenzar presentando al tarambano Alan, que hace unos días fue elegido para ser promotor de almohada, por tener un profundo dormir. Este hermoso chico es un verdadero fiaca, que tiene enamoradas a todas las dormilonas chicas del Hogar.
Continuamos con la presentación de la haragana Claudia, quien dice estudiar todo el día para llegar a ser una alcohólica contadora, ella viene de la mentirosa ciudad de Villalonga.
Es el momento de hablar de la trabajadora Caro, quien fue la piropeadora y cocinera de todos los infieles chicos de la casa, ella fue la encargada de alimentar sus feas panzas.
Pasaremos ahora a hablar del buen Andrés, el tresarroyense que se pone máscaras y asusta a las bellas chicas... El mismo que entiende mal el juego y dice "flash".
Conocerán ahora a la enferma Eli, quien siempre fue motivo de risas para todos, ella es la que habla dormida, la que tiene plantitas, la más bigotuda del grupo.
A mediados de año entraron dos jóvenes pata de lana que para hacer sencilla la cuestión se llaman Paola, y vienen de la panzona ciudad de San Martín.
Una de ellas, cuentan las malas lenguas, anda poniendo harina en las puertas para atrapar a las largas lauchas; la otra que es más corta parece algo tímida, pero en el "dígalo con mímica" nos dejó a todos boquiabiertos representando a los programas.
Y por último les contaremos sobre la ancha Berenice, que estudia para intoxicarnos a todos con químicos... ¡ah no!... era ingeniería química.
Es hora de hablar de las creídas personas que acompañaron el Hogar durante este audaz año. ¿Qué podemos decir del "don Juan" Walter? que se ocupó de visitar a los chicos, arreglar la luz que cortó Eli, y traerles agua, porque hasta eso rompieron los feroces chicos.
Después tenemos a la inquieta Estela y sus dos turbios mellizos, ella siempre tuvo rato para sentarse a charlar, reflexionar y divertirnos.
La rompepelotas Paula trajo sus falsos juegos y se rió se sus pavadas.
Los haraganes padre también estuvieron presentes colaborando en todo lo que necesitamos.
Por eso es momento de decir gracias a todas las educadas personas que hicieron y hacen de este despilfarrador Hogar un lugar para todos y todas."
Esta historia la escribió Paula, pero los adjetivos calificativos los pusimos entre todos los que estábamos en la reunión: ¡y este fue el resultado!!!
Y aquí está la culpable... comiendo... como lo ha hecho durante tooooodo su año de observación, en donde nos rompió los cocos y se comió todo lo que se le cruzó por delante: a todos les digo ¡cuidado con Paula, no le den la mano que te agarra el codo!!!
¡Gracias, Paula! Sabés que todo esto va "con onda". Gracias a todos los que se prestaron a pasarla bien y reírse un poco de sí mismos también.
Estela