viernes, 12 de noviembre de 2010

Culto de fin de Año

El domingo 7 de Noviembre tuvimos nuestro tradicional culto de fin de año en el Hogar.
Aunque Noviembre parece muy adelantado para hablar de fin de año, coincidimos con los chicos que cuando se hace en Diciembre es más complicado para ellos porque se encuentran en pleno tiempo de exámenes, y lejos está de nosotros perjudicar a nuestros chicos.
Fue un día de celebración en comunidad, con los chicos del Hogar y algunos padres.
René Krüger también nos acompañó en el momento de la Santa Cena, ya que lo teníamos de visita por Bahía. También nos acompañó gente de la Metodista, con los que estamos trabajando ecuménicamente.
Después del culto habíamos organizado un almuerzo a la canasta, en donde aprovechamos a conocernos un poco más.
Las fotos las sacamos recién después del almuerzo ¡se ve que había hambre! jajaja
Pero acá podemos ver los postres que estuvieron riquísimos, y a Alan ¡con una cara de cansado! Se ve que es dura la vida de estudiante.
Gracias a todos los que se hicieron eco de esta actividad tan importante para el Hogar como para la comunidad de Bahía Blanca como así también a nivel de la congregación, ya que tanto el Hogar y Bahía Blanca es parte de la Congregación.
¡Gracias, Señor, por el año transcurrido y bendice el próximo como lo has hecho hasta ahora! Dale fuerzas y entusiasmo a nuestros jóvenes y a toda la gente de nuestra congregación.

Estela Andersen

Construcción del altar

Uno de los requisitos para poder habilitar el Hogar como trabajo diacónico, para que figure como una obra de la Iglesia, es que en las instalaciones haya un templo. Y para eso necesitábamos construir un altar. ¡Y lo hicimos!
Aquí está todo el proceso, desde que nos "deshicimos" de la estufa hogar:








Fue un trabajo de una semana intensa, pero lo logramos. ¡Llegamos al día del culto en perfectas condiciones!
¡Gracias a los que hicieron posible esto!

Estela.

Arreglo del techo

Algo había que hacer, no quedaba otra... por eso ¡comenzamos los arreglos!Como es lógico, empezamos por el techo.
Le hacía falta, aparte debíamos encontrar la forma de que nuestro techo deje de ser el hogar de la palomas.
En algo más de una semana el trabajo quedó listo. Ahora, por fin, podremos ir pensando en lo de "adentro", claro, hablo de las instalaciones.

Noche de charla

El 1 de Noviembre nos reunimos con los chicos para hablar sobre un tema muy importante para la vida y nuestra relación con los demás: la mentira, como ocultamiento de la verdad, de lo que nos avergüenza, de lo que nos cuesta asumir.
El tema se disparó a través de la historia de "La mujer de los cabellos de oro". Una historia que llamó la atención de los jóvenes.

A pesar de que les costó comenzar, comenzaron a surgir los matices de las mentiras y los ocultamientos. En la charla nos dimos cuenta de que no es tan fácil llevar una vida ajena a la mentira y que muchas veces nos encontramos en encrucijadas difíciles de resolver.
Algo para seguir meditando...

Estela.

Había una mujer muy extraña pero muy guapa que tenía unos largos cabellos de oro tan finos como el oro hilado. Era joven y huérfana de padre y madre, vivía sola en el bosque y tejía en un telar hecho con negras ramas de nogal. El bárbaro hijo del carbonero trató de obligarla a que se casara con él y, en un intento de quitárselo de encima, ella le regaló unos cuantos cabellos de oro. Pero él no sabía ni le importaba saber que el oro que ella le había dado no tenía valor monetario sino espiritual, por lo que, cuando intentó vender los cabellos en el mercado, la gente se burló de él y lo tomó por loco. Enfurecido, regresó de noche a la casita de la mujer y con sus propias manos la mató y enterró su cuerpo a la orilla del río. Durante mucho tiempo nadie se percató de su ausencia. Nadie se interesó ni por su casa ni por su salud. Pero, en su tumba, la melena de oro de la mujer iba creciendo. Los hermosos cabellos se ondulaban en espirales que subían a través de la negra tierra y se enroscaban alzándose cada vez más hasta que su tumba quedó cubierta por un campo de ondulantes cañas doradas.

Los pastores cortaron las curvadas cañas para construirse flautas y, cuando las tocaban, las flautitas cantaban sin parar:

Aquí yace la mujer de los cabellos de oro

asesinada y encerrada en su tumba,

muerta por el hijo del carbonero

porque ansiaba vivir.

Y así fue como el hombre que le arrebató la vida a la mujer de los cabellos de oro fue descubierto y conducido ante la justicia y, de esta manera, los que vivían en las salvajes florestas del mundo tal como hacemos nosotros pudieron sentirse nuevamente seguros.